El cacique Sopó se detiene en el comienzo de los tiempos, divisa el Cerro fuerte, recorre sus pasos en cementerios olvidados donde las fosas le informan que antes de la llegada de su singular tribu, la vasta madriguera fue morada de gigantes. Y en prosa y en verso, a la cuenta de un, dos, tres, he aqui la historia de Sopó de una vez:


En la madriguera de los gigantes


En las excavaciones de la hacienda Altamira, se encontró la tumba de un gigante, posiblemente un “Guechua” o guardia fronterizo

Erase una vez un vasto territorio donde vivió una raza anterior a la muisca. Tres mil años antes de nuestra era, en la vereda de Meusa se encontraba la tribu del periodo Herrera. Fueron horticultores y alfareros elementales, pero el frío inclemente los llevó a territorios septentrionales. Más información

Trece siglos después llegan los primeros muiscas. Entre ellos los gigantes que generalmente eran los “Guechuas” o guardias fronterizos. En las tumbas de Altamira se encontraron los restos de un “Goliat” soposeño y aquí un ritual se revela, descansaban allí más calaveras, posiblemente su parentela. Uno sobre otro, ubicados en cruz, como bellos durmientes a la espera de sus príncipes que los hicieran ver la luz.

Pasaron diez siglos y los príncipes nunca llegaron, pero los reyes sí enviaron a sus sapos a esta nación, quienes en aras de la conquista comenzaron su labor de repartir la región.


Guerra de caciques


En primer plano imagen ubicada actualmente en el parque principal que representa al cacique Sopó, recaudador de impuestos en su época.

Cuenta la leyenda que Sopó fue un gran cacique que obedecía órdenes de Guatavita, el cacique mayor. Su oficio era recaudar impuestos, se trataba de oro, perfumes, comidas y esmeraldas. Un día Sopó, cansado de que los otros cacicazgos no cumplieran con las exigencias impuestas, decidió buscar a Guatavita para contarle lo sucedido, fue así como interrumpió el descanso del cacique supremo quien respondió con indignación y furia. Este sublevado por tal acto quiso castigar de manera severa a Sopó y le ordenó entregar todas sus riquezas a cambio de perdonarle la vida. La gente de la comarca estaba inconforme con Guatavita por el cobro exagerado de impuestos, así es que Sopó astuto y firme, decidió aprovechar el revuelo, enfrentar y vencer a Guatavita. Revestido de poder se convirtió en amo y señor de las regiones de Cueca, Meusa y Sopó.


Tiempo de invasores


Las horrendas muertes y terribles castigos a los indios e indias de Sopó, por parte del sanguinario Robledo en 1543, los obligó a huir a las montañas

Luego llegó un don Juan, de apellido Alonso y un Gaspar, que no era rey mago, a quienes le fueron encomendados los territorios de Cueca al primero y Meusa y Sopó, al segundo. En el siglo XVI se reconocieron las tierras que durante mucho tiempo habían pertenecido a los Muiscas, se midieron entonces sus estancias y limitaron las propiedades. El 25 de mayo de 1653 llegó Fray Francisco, con un gran bastón miró a los indígenas y les dijo: - mi apellido es Chacón - Muy tieso y muy majo el español, fundó el Cerro fuerte que en lengua chibcha significa Sopó. En una veredita llamada Pueblo Viejo establecieron los españoles el resguardo indígena, acabando con el imperio muisca, allí edificaron una pequeña iglesia, encargando a los dominicos de doctrinar a los que tiempo después se conocerían como “soposeños”; tal gentilicio, demarcó otro inicio. Más información


Un cielo de arcángeles


Iglesia Divino Salvador. Al fondo el arcángel Uriel que representa el “Fuego de Dios”

La pequeña capilla construida por los dominicos recibió el nombre de Iglesia del Divino Salvador y llegaría a ser uno de los templos más antiguos de la Sabana Norte. Adquirió su forma actual en el siglo XVIII y se encuentra ubicada en la plaza central del municipio. Es un imán que atrae a transeúntes y turistas, pues allí se encuentra un invaluable tesoro del arte colonial. Se trata de “12 arcángeles” sin autor ni fecha conocidos que observan con ahínco a quienes los visitan. Se cree que Ariel, Barraquel, Custodio, Esriel, Gabriel, Jehudiel, Laurel, Lehad, Miguel, Rafael, Seactiel y Uriel fueron pintados por los años de 1650, pero solo hasta 1843 aparecen en el inventario parroquial. Cada uno de ellos encarna cualidades y atributos de Dios, así la justicia, la bendición, la penitencia y la fortaleza, recorren día y noche los recintos del Divino Salvador. Más información


Buen día “ilustrísimo”


Antonio Nariño, Oreste Sindíci y Marco Fidel Suarez. Hacienda Casa Blanca norte

Personajes hay muchos, de colores y sabores, de tamaños y grosor. Los hay anónimos e ilustres y todos ellos han pasado por el pueblo de Sopó, por sus calles, por estas calles, antes en destapada, ahora super pavimentadas. Ellos también figuran en las páginas históricas del municipio. Antonio Nariño, Miguel Antonio Caro, Oreste Sindíci, Marco Fidel Suárez hacen parte de un gran número de personajes que denotan la historia de nuestra Colombia. Unos en haciendas, otros en Casas Blancas, otros profesores y humanistas que conocieron y vivieron el municipio que hoy día los recuerda con histórico orgullo. Más información


El idilio del Mono y la Pila


Detalle de dibujo realizado por Eustorgio Pulido en 1897. En primer plano el mono de la pila que se encuentra actualmente en el parque principal.

En el parque principal de Sopó vive un guardián, una dulce compañía que no desampara a los habitantes ni de noche, ni de día. Con mirada misteriosa observa el panorama y en las mañanas, cuando todo está en calma, bosteza torrentes de agua, como agradeciendo la existencia de su trono, una modesta pila construida hace más de un siglo. A partir de 1865 en este municipio cada habitante aportó un 2% de sus rentas y negocios, $600 pesos en total fue la cuota inicial. En 1871 fue construida la Pila; solitaria reposaba en la plaza principal, esperando a alguien galante que la pudiera conquistar. En la espera llegó un mono quien en su regazo se posó y sin duda alguna fue este intrépido que con astucia la conquistó. Mono, monito, pequeño, curiosito, un pedacito de piedra en esta enigmática tierra. Más información


El Santuario inundado y encantado


Campanario del Santuario del Señor de la piedra. Al fondo el pueblo de Sopó. En el recuadro la imagen de Jesucristo en la piedra

Sopó es católico, apostólico y colombiano. Fieles y creyentes asisten al Santuario del Señor de la Piedra atraídos por la leyenda que el lugar encierra. Una imagen de Mi Padre Jesús fue descubierta en 1753 por Rosa, una lavandera, y tal aparición dio origen a la visitada construcción. Hacen parte de la capilla un camino empedrado, un viacrucis floreado, una pila de deseos y una quebrada para devotos y ateos. Más información

Pero en los años 50's el santuario se inundó. Se murmuraba que al Mohán, el mismo de las leyendas, le gustaba permanecer en montes, en bosques o a la orilla de los ríos, y al cambiar de sitio cada 45 años, generaba en el pueblo donde habitaba algo parecido a un diluvio. Más información

El 12 de febrero de 1950 las imponentes aguas iniciaron un caudaloso recorrido por las calles del municipio, arrasando con todo lo que encontraba a su paso, incluso con la mitad del Santuario. La inundación fue de tal magnitud que la gente lo perdió todos sus animales, sus pertenencias, su dinero. Sin embargo, no logró arrasar con la fé de los soposeños, y el santuario fue reconstruido en dos años o menos. Ver video


Fiestas de hoy, ferias de ayer


Haz click para cambiar las imágenes. Fotografías actuales de Daniel Lozano.

Al finalizar el año, diciembre llega con su alegría, los habitantes del municipio se visten de poncho y sombrero para asistir a la francachela y a la comelona. Los juegos pirotécnicos llenan de destellos y colores el cielo de Sopó y el cacique alista su corona de luces para vigilar a los fiesteros. Las ferias y fiestas son de popular tradición; en la actualidad las comerciales orquestas animan el festín. El festival gastronómico, la feria de artesanos, el desfile de animales, el juzgamiento de equinos y la corrida de toros, querida por unos y odiada por otros, hacen parte de la celebración.

En el pasado, por allá en la década de los 40´s los habitantes en vez de poncho y sombrero usaban ruana y cachucha, tomaban brandy y chicha, cabrito y bohemia. No había plaza de toros, entonces los asistentes formaban una barrera humana y sin cobrar un centavo a nadie, todos presenciaban el espectáculo. Todos asistían al gran rumbón, peones y gamonales, jóvenes y abuelos, señoras, señoritas y no podían faltar los señores alcaldes, a uno de ellos, en plenas ferias y fiestas un toro lo mató. Más información


Gente hecha en Sopó


Imágenes del Sopó de nuestros abuelos

Al soposeño lo caracteriza la laboriosidad; la generosidad y por qué no, la chismografía, en el buen y el mal sentido del verbo. Y es que en Sopó se transforman los dichos: Pueblo chiquito, paraíso infinito; entre vecinos, más me arrimo; conoce tu historia y reinarás. Y en cuanto a los personajes, hay quienes han pasado por aquí dejando huella y legado. Y esta es la historia de un hombre que fue presidente de la junta del centro, concejal, fundador del Hospital, personero y alcalde. Admirado y recordado por los soposeños de antes y de ahora, Miguel Rodríguez Donoso ha sido el padre más popular del pueblo. Un verdadero padre de esta pequeña patria. Fue el partero oficial durante muchos años y ahora recordado como “Papá Miguel”, porque él recibió a más de 2.000 niñitos. Más información

Quienes cuentan estas historias son los viejos, nuestros queridos viejos, los amigos del hogar, del tiempo, de los años, de los recuerdos, los amigos del lenguaje sencillo. He aquí un pedacito de sus vidas entre estas líneas que nos motivan. Ver


Sopó en el mapa


Haz click o mueve el cursor sobre el mapa

Un municipio a 2600 metros sobre el nivel del mar, más cerca de las estrellas que en su despejado cielo se puedan encontrar. Hace parte de Cundinamarca y de la Sabana Norte de Bogotá, a una distancia de 39 kilómetros de la capital. De clima frío, 14 Grados. A los de Sopó se les dice soposeños y son más de 21.000 los que pasan por aquí. Más información


Con acento febril entonemos...

El escudo de armas del municipio de Sopó se adoptó en 1993. Blasón tipo francés en cruz, dividido en cuatro cuarteles. El borde del blasón recoge el arte que adorna el marco de los cuadros de los Arcángeles de Sopó. En el primer cuartel, la imagen de Jesucristo en la piedra, por la revelación milagrosa ocurrida en 1753. El segundo tres bohíos indígenas que representa a Cueca, Meusa y Sopó. En el tercero un diseño precolombino Muisca y el cuarto Una cabeza de ganado, un trébol un engranaje y una antorcha que representan las actividades y símbolos del municipio.

La bandera de Sopó está formada por dos franjas, la primera de color azul que simboliza el cielo que nos cubre y su riqueza hídrica. La segunda de color blanco que representa la tranquilidad que se respira y la paz que se vive.

La letra y la música del himno de Sopó fue compuesta por el maestro Raúl Rosero Polo en 1997. Puede escucharlo en el siguiente link.

Himno de Sopó



Qué hay pa'ver, qué hay pa'comer

Antes de llegar al pueblo se encuentra Puente Sopó, un lago y muchas cabañas invitan a la reflexión. Con tu familia y amigos allí puedes difrutar, entra al siguiente video y lo podrás observar.


Video de Puente Sopó realizado por Carolina Cano para Magazin 13 del canal 13

Sopó es un pueblo de clima frío, pero de ambientes y paisajes cálidos, a la vista y a los sentidos, al gusto y al paladar. Hace más de 60 años, llegó al pueblo una familia de Suizos, con unas cuantas vacas empezaron a ordeñar y el intercambio de lácteos comenzaron a impulsar. Hoy día se habla de Alpina, una cabaña encantada por caramelos y postres, día tras día es visitada por gente de aquí y de allá, es la principal fábrica de lácteos con la que Colombia pueda contar.

Siguiendo con el recorrido vámonos para Pionono. Un parque ecológico a más de 2800 mts sobre el nivel del mar, convertido hoy en día en reserva en forestal. Los frailejones del lugar compiten en tamaños y colores, los hay pequeños, los hay altos, los hay verdes, los hay blancos. Tres miradores nos dejan contemplar la inmensidad del municipio que me permito contar. Armémonos con todos los fierros, porque allí se puede acampar. Mira el parque en detalle, dale click al video y verás todo el valle.


Video del parque ecológico realizado por Carolina Cano para Magazin 13 del canal 13

Los visitantes de riesgos duros podrán practicar down hill y enduro. A quienes les gusta volar, con el parapente y Delta lo podrán lograr. Las mejores pistas, los mejores vuelos y unos lindos paisajes que incitan al total sosiego. Más información


Que hay para ver en Sopó. Haz click para cambiar las imágenes

En calles de Sopó las historias son infinitas y los cambios se pueden evidenciar en fotografías, en textos, en recuerdos recolectados y registrados. En cuentos del presente y en anécdotas del pasado. Ver galería de fotos antiguas

En Sopó hay un periódico que se llama El Hablador, que ya hace 9 años sacó su primera edición. En el 2003 quiso ingresar a la web, eh aquí la dirección por si te animas a ver: www.elhabladorweb.com Por ahora está un poco quieto, pues recursos ya no hay, es difícil lo alternativo, aunque satisfactorio lo conseguido.

Bienvenidos sean todos los que quieran caminar por las calles de Sopó, por estas calles donde se encontrarán con los Arcángeles, los amigos del lenguaje sencillo, los amores perros, los milagros en las piedras y podrán ascender al Cerro fuerte que en chibcha, la lengua de los muiscas, significa Sopó.

fin



No sabemos si esto es un cuento o una historia bien contada. Pero si es seguro que Sopó es Colombia y nosotros los soposeños lo queremos dar a conocer, por este espacio, por el mundo, por la web.